Existe una idea de Ángel Guardián a nivel del colectivo, como una entidad protectora, un ser que está ahí para ayudarte, servirte… y en estos nuevos tiempos, ellos reclaman dejar ya atrás ese paradigma. Un Ángel Guardián es algo más que un ser con alitas que te acompaña y susurra al oído, es una herramienta de trabajo evolutivo indescriptible y para mi, inigualable.
Trabajar con nuestro Ángel Guardián nos abre a poder movilizar de manera segura energías en el astral, nos abre las puertas a nuestro campo de información profundo, a pactos realizados en otros tiempos de vida y que en este ya están obsoletos, a poder acceder a sanar heridas por las cuales morimos en otras encarnaciones… Nuestro Ángel Guardián acaba formando parte de nuestra anatomía energética de alto nivel, y es por ello, que podemos activar esa energía para mucho más que para guiarnos y protegernos (que ya es muy importante).
Activar en consciencia una conexión con tu Ángel Guardián permite recibir información, pero sobretodo la energía de sanación que va implícita en la conexión, y que va a empezar a desactivar los nudos que están bloqueando una situación, siempre que esté en armonía con tu camino del Alma.
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